Adamas: historia de un diamante

El nombre con el que nos referimos a la piedra preciosa más valorada a lo largo de toda nuestra historia, el diamante, proviene de la palabra griega “ADAMAS”, que significa “inalterable, indomable e indestructible”.

Características que mantiene hoy día esta gema. Aunque sabemos que actualmente los yacimientos en los que se extraen dichas piedras se sitúan mayoritariamente en África, históricamente fue en la India dónde la población ya comercializaba y minaba el diamante, hace ya 3.000 años.  La popularidad y el valor con el que conocemos hoy en día a esta piedra, no culminó hasta el S XIX en el cual se perfeccionó el pulido, el tallado y su comercialización. El origen natural de estas piedras se debe a erupciones volcánicas formadas a más de 150 km bajo tierra dónde la presión es 50.000 veces superior a la presión atmosférica de la tierra y la temperatura alcanza los 1000 ºC. Estas condiciones extraordinarias de presión y temperatura son las que favorecen la formación de los diamantes, el carbono cristaliza hasta convertirse en diamante. El magma es quién eleva estas formaciones a la superficie de la tierra pero el proceso de cristalización hasta llegar a ser diamante es muy lento. Según los geólogos, la primera entrega de diamantes fue hace 2,5 mil millones de años y la más reciente hace 45 millones de años. Así que, además de adquirir una JOYA con una piedra tan preciosa como el diamante, adquirimos una reliquia de nuestra madre tierra.